3era Reunión del Club de Lectura Terapéutica: El Sistema de Recompensa y su Impacto en Nuestros Hábitos y Emociones
Aprendiendo a ser nuestro propio héroe mientras encontramos el equilibrio entre placer y dolor
En la tercera reunión del Club de Lectura Terapéutica, leímos desde el inicio del sistema de recompensa hasta terminar el capítulo 1 de Recupera tu mente, reconquista tu vida de Marian Rojas Estapé. Este capítulo nos brindó una visión profunda sobre cómo nuestro cerebro maneja el placer, el dolor y el equilibrio entre ambos, a través del sistema de recompensa. Hoy quiero compartir contigo lo aprendido, no solo desde una perspectiva científica, sino también aplicando estos conocimientos a nuestra vida diaria.
El objetivo de esta lectura fue entender cómo los mecanismos cerebrales afectan nuestras emociones, nuestros hábitos y, lo más importante, cómo podemos usar este conocimiento para transformar nuestras conductas. La autora explica cómo la dopamina, la serotonina y otras sustancias en el cerebro están involucradas en este proceso de búsqueda de placer, y cómo esa búsqueda puede ser tanto beneficiosa como perjudicial para nuestro bienestar emocional.
Si quieres leer sobre lo que aprendimos en las 2 primeras reuniones del Club de Lectura Terapéutica haz clic en los siguientes links:
El Sistema de Recompensa: El Cerebro y la Búsqueda de Placer
La dopamina es nuestra hormona del placer, responsable de esa sensación de euforia y satisfacción que sentimos cuando hacemos algo placentero, ya sea comer algo delicioso, recibir un cumplido o incluso ganar un juego. El sistema de recompensa se activa cada vez que experimentamos un placer o un estímulo positivo. Es como si nuestro cerebro nos dijera: "Esto estuvo genial, ¡hazlo de nuevo!"
Pero hay un detalle interesante: la dopamina es como si estuviéramos corriendo, siempre buscando algo más rápido, algo más grande. Cada vez que obtenemos una recompensa, nuestro cerebro pide más, y eso crea un ciclo de búsqueda continua. Si tomamos un poco de chocolate, por ejemplo, sentimos ese subidón instantáneo de placer, pero en poco tiempo, nuestro cerebro ya está pidiendo más.
Por otro lado, la serotonina, aunque también está relacionada con el placer, actúa de una manera diferente. Es más como si nos detuviéramos, hiciéramos una pausa y contempláramos lo que tenemos a nuestro alrededor. La serotonina se libera cuando disfrutamos de la satisfacción duradera, de esa sensación de bienestar que no requiere de una gratificación inmediata. Es como si, en lugar de correr tras algo, simplemente nos detuviéramos y nos diéramos el tiempo para apreciarlo. El placer que genera la serotonina es más pausado, más profundo, y nos ayuda a sentirnos plenos, sin necesidad de estar buscando constantemente una nueva recompensa.
La Conexión Cerebral: ¿Cómo se Forma un Hábito?
El cerebro tiene una increíble capacidad para formar hábitos. Esto se debe al sistema de recompensa, que refuerza las conductas repetidas a través de la liberación de dopamina. Cada vez que hacemos algo que nos proporciona placer, el cerebro lo recuerda y, de alguna manera, nos impulsa a repetir esa acción.
Imagina que todos los días después del trabajo te tomas una cerveza y unas patatas fritas. Al principio, solo es una forma de relajarte después de un día largo, pero con el tiempo, tu cerebro asocia esta acción con el placer. A medida que repites el comportamiento, esa "carretera neuronal" se va haciendo más fuerte, y tu cerebro comienza a pedirte más de lo mismo. Este es el proceso de formación de hábitos, y no necesariamente está limitado a las cosas "malas". También puede ocurrir con hábitos saludables si los reforzamos con gratificación.
Lo importante es entender que el cerebro no distingue entre buenos o malos hábitos. Si una acción nos da placer y la repetimos constantemente, esa conducta se convierte en parte de nuestra rutina. Es aquí donde la comprensión del sistema de recompensa se vuelve fundamental: si identificamos un hábito negativo que no nos beneficia, podemos empezar a replantearlo y sustituirlo por otro que nos haga bien.
El Placer y el Dolor: El Equilibrio Necesario
Una de las ideas más poderosas del capítulo que leímos es que el dolor no es algo que debamos temer o evitar a toda costa. El dolor, tanto físico como emocional, es una herramienta de autorregulación que nuestro cerebro utiliza para mantener el equilibrio. Cuando experimentamos un placer intenso (como comer un postre delicioso), el cerebro responde con una sensación de dolor o malestar para "compensar" ese exceso de dopamina. Este proceso se llama el "proceso opuesto".
Lo que este concepto nos enseña es que no podemos vivir buscando constantemente gratificación instantánea, porque cada vez que nuestro cerebro experimenta un exceso de placer, necesitará contrarrestarlo con dolor. Por ejemplo, después de una comida copiosa, el malestar y la sensación de pesadez no son solo efectos secundarios de lo que comimos, sino una respuesta natural del cuerpo para restaurar el equilibrio.
Aquí es donde la dopamina y el dolor se entrelazan. Si buscamos continuamente ese subidón de dopamina a través de estímulos rápidos y fáciles (como las redes sociales, la comida chatarra, el alcohol), nuestro cerebro se adapta y aumenta nuestra necesidad de estos estímulos para sentir placer. Sin embargo, al final de este ciclo, el dolor, ya sea físico o emocional, aparece como un recordatorio de que el exceso de placer también tiene un costo.
El Aburrimiento: ¿Por Qué Debemos Aprender a Aburrirnos?
En la actualidad, vivimos en una sociedad que evita el aburrimiento a toda costa. Siempre estamos buscando algo que nos entretenga: una serie, una película, una publicación en las redes sociales. Pero el aburrimiento, según lo aprendido en la lectura, no es nuestro enemigo. Es una oportunidad para que nuestra mente se recupere, para que nos conectemos con nosotros mismos y con nuestros pensamientos más profundos.
La autora nos invita a reflexionar sobre cómo la falta de tolerancia al aburrimiento nos lleva a buscar gratificación instantánea, pero también a cómo este proceso nos priva de la capacidad de experimentar el "flow", ese estado de concentración profunda que solo podemos alcanzar cuando dejamos de buscar algo que nos estimule constantemente. Así que, en lugar de huir del aburrimiento, ¿por qué no aprender a disfrutarlo? Este espacio de desconexión puede ser justo lo que necesitamos para desarrollar nuestra creatividad y resiliencia.
El Cierre de la Reunión: Una Reflexión que Nos Tocó a Todos
Al final de la reunión, Yelsy, una de las integrantes del club de lectura terapéutica, cerró el encuentro con una frase que resonó profundamente en todos nosotros: "Hay que ser nuestro propio héroe." Haciendo referencia precisamente a lo que habíamos leído, Yelsy nos recordó que, al comprender cómo funciona nuestro cerebro y cómo nos influencian nuestros hábitos y emociones, es nuestra responsabilidad tomar las riendas de nuestra vida, ser conscientes de nuestras elecciones y tomar decisiones que nos lleven a un bienestar duradero, en lugar de buscar solo gratificación inmediata.
Esta frase nos inspiró a vernos como agentes activos de cambio en nuestra propia vida, en lugar de víctimas de nuestros impulsos o emociones. Nos invitó a reconocer el poder que tenemos para crear hábitos más saludables, resistir las tentaciones inmediatas y aprender a disfrutar de los momentos de calma y reflexión.
Reflexión
Ahora que hemos explorado cómo nuestro cerebro maneja el placer, el dolor y la formación de hábitos, es momento de reflexionar sobre nuestra propia relación con el sistema de recompensa. A continuación, te invito a responder estas preguntas que trabajamos en la reunión para profundizar en tus propios hábitos y emociones:
¿En qué piensas cuando despiertas? ¿Te centras en lo que tienes que hacer o en lo que puedes disfrutar?
¿Cuál es tu motivación para salir de la cama? ¿Es el deseo de alcanzar una meta, o la búsqueda de una recompensa inmediata?
¿Qué piensas al final del día que te genera dopamina? ¿Las interacciones sociales, tus logros o simplemente el placer de un buen descanso?
¿Cuáles son tus vías de escape cuando te enfrentas a emociones difíciles? ¿Usas el celular, la comida, o alguna otra forma de gratificación instantánea?
¿Qué es el aburrimiento para ti? ¿Lo evitas a toda costa o lo usas como una oportunidad para reflexionar y conectar contigo mismo?
Recuerda que ser consciente de estos procesos es el primer paso para mejorar nuestra relación con las recompensas y el dolor. A medida que avanzamos en el libro y en nuestras reflexiones, descubrimos que la clave está en encontrar un balance saludable que nos permita disfrutar del placer sin caer en los extremos que nos perjudican. ¡Nos vemos en la próxima reunión!
Si quieres puede leer aquí el aprendizaje de la 4ta reunión del Club de Lectura Terapéutica (Disponible el próximo lunes 14 de Julio)
Un espacio para conversar sobre emociones, autoconocimiento y salud mental, donde comparto reflexiones, aprendizajes, lecturas, herramientas terapéuticas y más contenido humano con cariño y honestidad. Desde mi experiencia como psicoterapeuta, bailarina, lectora y escritora frustrada, te invito a acompañarme en este viaje interior con la calidez de una taza de café ☕✨
Excelente , resumen me encanta